La querida María de las Mercedes García, Maruja, quien nos espera con un rico cafecito y las masitas -dulces y saladas- que vende la Cooperativa, presentando la charla del día: Nuestro exilio en Bélgica. Marta Ronga, ex exiliada en Bélgica, compiladora –junto a Ángela Beaufays- del libro Historias de exilio y José Manuel (Pepe) Bodiño ex exiliado en Bélgica.
Comento que en la charla anterior donde había partido de la primera destrucción del templo y la deportación de los judíos a Babilonia,no habíamos podido escuchar -por una cuestión técnica- ésta bellísima aria de la opera Nabucco, de Verdi, il Va pensiero. La escuchamos ésa noche, como regalo a estos compañeros que también habían vivido lo que queda expresado en el aria. para eso repartimos la letra del Va pensiero, en italiano y castellano. Fue maravilloso compartirlo con Marta, Pepe y el público.
Va pensiero
Va’, pensiero, sull’ali dorate.
Va’, ti posa sui clivi, sui coll,
ove olezzano tepide e molli
l’aure dolci del suolo natal!
Del Giordano le rive saluta,
di Sionne le torri atterrate.
O mia Patria, sì bella e perduta!
O membranza sì cara e fatal!
Arpa d’or dei fatidici vati,
perché muta dal salice pendi?
Le memorie del petto riaccendi,
ci favella del tempo che fu!
O simile di Solima ai fati,
traggi un suono di crudo lamento;
o t’ispiri il Signore un concento
che ne infonda al patire virtù
che ne infonda al patire virtù
al patire virtù!
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Leyendo la letra de il Va pensiero.
Traducción al castellano:
¡Vuela pensamiento, con alas doradas,
pósate en las praderas y en las cimas
donde exhala su suave fragancia
el aire dulce de la tierra natal!
¡Saluda a las orillas del Jordán
y a las destruidas torres de Sión!
¡Ay, mi patria, tan bella y abandonada!
¡Ay recuerdo tan grato y fatal!
Arpa de oro de los fatídicos vates,
¿por qué cuelgas silenciosa del sauce?
Revive en nuestros pechos el recuerdo,
¡háblanos del tiempo que fue!
Canta un aire de crudo lamento
O te inspire el Señor una armonía
que nos infunda al padecer virtud
que nos infunda al padecer virtud
que nos infunda al padecer virtud
al padecer virtud
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Fue seguida la letra por un público muy atento…
¡Ay, mi patria, tan bella y abandonada! (para pensar el exilio, y de acuerdo a lo que luego plantearon Marta y Pepe, creo que es mejor la palabra: perdida, tal como está en la letra en italiano: ¡Ay, mi patria tan bella y perdida!) ¡Ay recuerdo tan grato y fatal!
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Nos agradecieron el «regalo» de incorporar esta bellísima aria a la charla…
Comenzamos la charla diciendo que Marta Marta Silvia Ronga y Ángela Beaufays -ambas ex-exiliadas en Bélgica, son las compiladoras de éste libro necesario, en el que se vuelcan testimonios de un colectivo de Argentinos, de diversas regiones de nuestro páis y también de diversas ideologías, que sufrieron el exilio y más de treinta años después pudieron volcar el relato de sus memorias en este libro. También testimonian los hijos nacidos en el exilio así como los nacidos allá y que vinieron a éstas tierras cuando sus padres decidieron volver, como fue el caso de marta y Pepe. Otros quedaron en Bélgica. Particiones inevitables.
Comenzó a hablar José Manuel Bodiño, Pepe, refiriéndose a que la represión ilegal en Argentina comienza hacia 1974. El exilio fue una tabla de salvación para muchos, pero también un castigo.
A los que estaban a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) se les daba la posibilidad de optar: o te quedás detenido o te vas al exterior. De esta forma comienzan a irse muchos detenidos.
Se van a distintos países. Se comienza a producir una gran diaspora que se va a centrar en muchos países europeos y también latinoamericanos.
En el ’77 muchos militantes se van de una manera desordenada a Brasil.
Era importante tener la acogida del Alto Comisionado de las Naciones Unidas. Van a Méjico, España, Latinoamérica pero muchos como turistas porque no le dieron la acogida.
Le dan la libertad a Marta, pero luego nos dimos cuenta que era un señuelo para aprenderme a mi -dice Pepe-
Ella -Marta- viaja a España en febrero del ’78, con Mariano que había nacido estando ella detenida. En España vivía una hermana de Marta. Allí no podían estar por la ilegalidad de Pepe, que se incorpora un tiempo después, ya que había salido de Argentina de una manera más compleja y por otras vías.
En España Marta y Mariano estaban como turistas.
Ex exiliados españoles durante el franquismo les recomiendan ir a Bélgica.
Allí conocen a una colonia de exiliados. Unas 60 familias. Tratamos de reorganizar nuestras vidas, pero nunca perdimos el eje de solidaridad con los detenidos-desaparecidos en Argentina.
En Bélgica, sigue diciendo Pepe Bodiño, nos encontramos con que éramos prácticamente analfabetos. No hablábamos ni escribíamos su idioma. Logramos salir adelante sin perder el eje de los movimientos de DDHH de la Argentina. Nos dedicábamos a conseguir ayuda económica y visas para los detenidos. En el ’84, con la vuelta de la democracia reiniciamos el regreso. A partir del 2011 nos empezamos a reencontrar con los exiliados que estaban en distintas provincias de Argentina y otros que quedaron en Bélgica.
Luego nos dio su testimonio Marta Silvia Ronga. El derecho a opción era una posibilidad. Todos tienen una idea del volumen y la gravedad del Terrorismo de Estado. El derecho lo daban cuando querían. Una de las condiciones era tener tres visas de países extranjeros que te reciban.
Yo estuve dos años presa en Rosario y un año en Villa Devoto. Fue la última caída de los derechos. En Villa Devoto habia mil mujeres, provenientes de toda la Argentina, con la consiguiente falta de contacto con sus familias, especialmente con sus hijos, porque se los podía tener sólo hasta los seis meses. Para irse del país, muchos recurrían a sus orígenes. Nos nacionalizábamos en los países de dónde eran nuestros padres o abuelos. No era fácil. Los abogados no entraban a las cárceles porque los habían matado a todos y los que estaban vivos, temían.
En octubre, de golpe me dicen: Mañana te vas. Era terrible, porque por un lado uno sentía que en la cárcel estaba protegida. Que caprichosamente te liberen así… Yo sabía que me habían dejado libre para agarrarlo a Pepe. Eso hacía imposible que volviéramos a armar un proyecto de familia.
Todos los vínculos quedaban suspendidos. Ése gusto no se los iba a dar. Armamos un pequeño plan para irnos cada uno por su lado. Yo necesitaba una venia judicial. Fueron cuatro meses que yo tuve custodia policial que se renovaba cada cuatro horas. Cuando voy a buscar el certificado de Buena conducta me dicen que yo estaba prófuga!! Finalmente, tras muchas vicisitudes logramos salir de Argentina (Marta con su hijo Mariano).
Cuando el avión despegó supe que estaba libre.
Fui a España donde vivía mi hermana. Pero cuando no permiso de trabajo ni residencia, sos una escoria. Me puse a vender extinguidores de incendio para autos. Así conocí a unos catalanes que también vendían extinguidores
La vida en Bélgica fue poderosa. Allí hicimos algo que fue maravilloso: Tener dos hijos más, formar la familia que queríamos.
Cualquier evento de carácter internacional que había, lo usábamos para denunciar lo que ocurría en Argentina. Hacíamos listas. A cada uno que llegaba le preguntabamos por tal o cual.
Era, la dictadura, una dimensión de la que no podíamos defendernos.
El destierro significa que te saquen la tierra debajo de tus pies. Tenés que ser persona de nuevo. Recuperar tu identidad. No hablábamos de volver porque era como hablar de la libertad en la cárcel.
Cuando se vuelve uno descubre que la habitación que tenía ya la está usando otra persona, por ejemplo, es lógico, pero uno también se siente desterrado cuando vuelve. aprender las nuevas costumbres, descubrir los cambios en la familia, en la ciudad, en el país.
Momento de las preguntas, de los comentarios.
En Bélgica había chilenos, uruguayos, argentinos. El Plan Cóndor lo conocimos allí.
Esto ni siquiera lo hablábamos entre nosotros; todos teníamos historias muy duras y no queríamos abrumar a nuestros compañeros.
De muchas cosas que les había pasado a nuestros compañeros de exilio o lo que sentían en esos momentos, nos enteramos ahora, con los testimonios.
Hubo muchos belgas solidarios, así como otros a quienes les parecía natural la colonización de lo que luego fue el Congo Belga.
como dato simpático, quienes habíamos leído el libro le preguntamos por el tema de la ducha, artefacto que en esa época no existía en muchas casas. Y Pepe nos cuenta acerca de la bañiducha o validucha…que se instalaba generalmente en la cocina (en el libro cuentan que hasta la instalaban en algún balcón).
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Todos conocíamos lo que pasaba, pero volver a escuchar uno, ese relato, resultaba estremecedor.
Categories: Derechos humanos, Épocas, Resistencia
Tags: José Manuel Bodiño, Marta Ronga, Pepe Bodiño