Del derecho y del revés

Blog del ciclo creado y coordinado por Laura Capella

Simone de Beauvoir por María del Carmen Marini

lootroSimone de Beauvoir (¿a través de los años y de otras lecturas?)

El segundo sexo (1)

Su producción teórica más significativa, de 1949, marca un momento clave en los estudios sobre la condición de la mujer.

Allí postula que la humanidad se divide en dos categorías de individuos.

Ser varón no es una singularidad, se considera en su derecho de serlo, y de ser jerarquizado, por el solo hecho de haber nacido varón de la especie. La mujer en cambio, es considerada como “lo otro”, “la otredad”.

Resulta muy interesante descubrir que diferentes pensadoras se han planteado el tema y sus formulaciones resultan coincidentes. Simone de Beauvoir, Liliana Mizrahi. Eva Giberti encuentran originales imágenes para aludir a la misma cuestión.
Simone de Beauvoir se refiere al hecho de que se ha concebido un tipo humano absoluto, que es el tipo masculino, respecto del cual se define la mujer. Lo compara con que así como para los antiguos había “una vertical absoluta respecto de la cual se definiría la oblicua, así también es respecto del varón que se considera y define a la mujer”.
Liliana Mizrahi se referirá a la astucia de las maniobras que operan para mostrarnos nuestra existencia en la convicción de estar “fuera de lugar” y puesto que nacemos pecadoras en el sentimiento de “nuestra existencia misma como una infracción”.
Eva Giberti efectúa un planteo con interesantes coincidencias cuando se refiere a que las mujeres fuimos consideradas “el negativo del varón”, reconocido como un “alguien” respecto del cual solo seríamos un “algo”. ¿Un sujeto respecto al cual solo seríamos un objeto?
Como oblicua respecto de la vertical, como infractora por el solo hecho de existir, o como negativo de un positivo, lo que se lee en todos los casos es el descentramiento de sí misma, al ser medida desde parámetros que por un lado la ignoran, y por otro lado la desbordan al remitirla al paradigma humano masculino. (2)

El lenguaje poético también ha encontrado imágenes para enunciarlo:
……………..
Fui sombra
Fui eco
Satélite en el espacio
reflejo en un cristal.

Palabra muda
para designar nada
ausencia de sentidos
tiempo deslizado
sin aconteceres propios.

De pronto el horror,
de pronto el vacío.
La soledad de siempre
ahora sin disfraces.
Saber que no,
que es mentira el encuentro
cuando se es sombra,
eco, satélite, reflejo.
………………………………….

¿Puede pensarse en una adolescencia del “segundo sexo”?

Al tomar la problemática de la mujer como “segundo sexo” en el primero de mis trabajos, y bajo la influencia de nuestra autora, me pareció pertinente asociarla con la de la adolescencia.

Si pienso en una “adolescencia del segundo sexo” refiriéndome al momento por el que atraviesan la mujeres (que son adultas y luchan por sus derechos), es en función de lo veo como intentos de lograr una cierta independencia de criterios, de prejuicios, de modos de concebirse. Independencia ni siquiera planteada por las mujeres que nos precedieron (nuestras madres y abuelas). A ellas las siento como viviendo en una niñez prolongada a lo largo de la historia y a lo ancho del mundo. Independencia ya lograda tal vez por las más jóvenes, que no luchan por ella, sino que la usan.
Estoy pensando en la mayoría de mujeres de mi tiempo, que vivió y vive en la dependencia económica, en la ignorancia de los resortes fundamentales que mueven al mundo –me refiero a lo sociopolítico de lo cual estuvo excluida y en el sometimiento a tareas domésticas, que le restan concretamente por cansancio y falta de tiempo posibilidades de abocarse a otras problemáticas más importantes – aunque menos urgentes diría Pascal.
Así, la dependencia económica de la mujer, su encadenamiento a tareas rutinarias que se sienten como obligatorias, y su dificultad (comparativamente con el hombre) en el libre ejercicio de la sexualidad, son todas también connotaciones de la adolescencia como etapa evolutiva. Chicas y chicos adolescentes dependen del dinero que le dan sus padres, pero saben que con ingresos propios dispondrían de mayor libertad. Están obligados a cumplir tareas poco estimulantes en la escuela, aunque saben que hay cosas interesantes en el mundo, y no han completado aún el conocimiento de su cuerpo, ni el control de sus funciones para lograr una integración sexual plena. (3)

En su ensayo, Simone de Beuvoir va a plantear las miradas sobre la mujer que se desarrollan desde la biología, el psicoanálisis y el materialismo histórico

¿Anatomía es destino?

Si bien la biología es considerada por Simone de Beauvoir como presencia categórica en la vida de los seres humanos, refiere que para las mujeres tiene una acción devastadora. La menstruación como “maldición” y la lactancia como “servidumbre” dan cuenta de cómo las concibe. Su expresión “la especie las roe” es categórica en ese sentido. Pero si bien subraya los efectos de las contingencias carnales, en la hembra humana, también plantea con claridad que esa biología todopoderosa no basta para explicar la jerarquía de los sexos.
He podido plantear menos taxativamente (y con ello me diferencio de nuestra autora)  en “El desafío de ser mujer” la presencia de hechos psicobiológicos que influyen en la subjetividad femenina de manera peculiar.
Puse como título a este parágrafo, en el que me refiero a estas contingencias: Las cuatro paredes se escriben con M” y me refiero al “encasillamiento de las mujeres a partir de funciones que arrancan de lo biológico para impregnar la totalidad de sus vidas como tal son: la menstruación, el matrimonio (ligado al ejercicio de la sexualidad), la maternidad y la menopausia. Cuatro “M” entre las que transcurre la historia del género.  Dichas palabras se refieren a realidades que en lo concreto, y por la manera en que se dan en nuestra cultura, funcionan como las cuatro paredes que encierran la cuestión de la mujer, cuando bien podrían ser cuatro caminos en la exploración y recorridos de sí misma. (4)

(…)

Descargar texto completo de la conferencia: Simone de Beauvoir (¿a través de los años y de otras lecturas?)

Categories: Derechos humanos

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