Este es el título del trabajo que presentó Graciela Aletta de Sylvas en la penúltima exposición de este primer tramo del la temporada 2013 del Ciclo.
Graciela Aletta de Sylvas es Dra. en Letras por la Universidad de Valencia y Profesora de la Facultad de Humanidades y Artes UNR y Coordinadora del Espacio para la Memoria en la misma Facultad.
Este trabajo tiene como objetivo intentar una articulación comparativa entre el modo en que los nazis llevaron a cabo sus políticas con respecto a la infancia y aquellas implementadas por la última dictadura militar en la Argentina. Aunque los procesos históricos son singulares y registran diferencias, creemos que podemos señalar algunas analogías. Tanto la investigación histórica como la ficción y los testimonios dan cuenta, con los recursos que le son inherentes, los procedimientos genocidas en el tratamiento de la niñez en ambos lugares y momentos históricos.

Graciela Aletta de Sylvas, compartió con nosotros un meduloso trabajo en el cual compara las políticas nazis respecto de la infancia con la siniestra apropiación de niños perpetrada durante la última dictadura militar. Y tomó cuestiones reales como ficciones literarias referidas a esos acontecimientos históricos.

Se refirió a los niños, a los que sobrevivieron escondidos sufriendo miles de penurias, las víctimas de trabajos forzados o de experimentos médicos , los que fueron masacrados en los campos y los que fueron raptados para su “reeducación”. Del total de los niños judíos que vivían en Europa se estima que sobrevivieron sólo un 7%, más de un millón había muerto al finalizar la contienda

La palabra “genocidio” se acuña por primera vez en un documento oficial el 18 de octubre de 1945. Se trata de una combinación etimológica de dos raíces , una griega: “genos” (origen, especie) y otra latina del verbo “caedere” (matar). Otros prefieren utilizar “crímenes contra la humanidad” , adoptada ya por el tribunal de Nüremberg.

El Tercer Reich, afirma Agamben, puede ser considerado desde el punto de vista jurídico como un estado de excepción que duró 12 años. Este estado permite la eliminación física no solo del adversario político sino de categorías enteras de ciudadanos que no acordaban con el sistema

Invitando para el próximo encuentro, sobre Negacionismo, el martes 30 de julio, a cargo de David Fuks.

El nazismo la cosificación la infancia. No se los estimaba en su carácter de niños ni tampoco de seres humanos con proyección de futuro, solo eran “cosas”, piezas”.

Ante tal situación muchos padres prefirieron separarse de sus hijos y entregarlos a familias cristianas para que los cuidaran y ocultaran hasta que terminara la guerra, aún sabiendo que podrían no verlos nunca más. Las estrategias para sacarlos del ghetto no fueron una tarea fácil. Un niño fue quien fue metido en un tacho de basura por su madre y así logró salvarla . Algunos quedaron en las ciudades con documentos falsos y apariencias cambiadas, otros fueron llevados a casas de campo. A menudo sufrieron un continuo peregrinaje porque los que los ocultaban corrìan peligro de muerte. Algunos vivieron en estrechos lugares sin aire ni luz, solo salían de noche, otros tuvieron mejor suerte.

A las niñas llegaron a someter a tratamientos hormonales para adelantarles la pubertad a partir de los 10 años. Así se convertían en máquinas reproductoras y las enviaban a los burdeles biológicos para que nacieran futuros soldados o ciudadanos arios, del III Reich que se planteaba para mil años!

Evocó a Janus Korczak, – cuya memoria nos fue legada en Rosario por el queridísimo Rubén Naranjo- director del Asilo de Huérfanos Judíos en Varsovia, desde 1911 hasta 1940, fecha en que por orden de los nazis fue trasladado al ghetto. En 1942 marchó con sus niños hacia los trenes que los llevarían a las cámaras de gas y murió con ellos aunque se le ofreció salvarse.

También sufrieron y fueron ‘cosificados’ muchísmos niños no judíos, los que ellas considerban ‘arios’. El 12 de marzo de 1935 a partir de una idea de Martin Borman y fundados por Himmler se concibieron en gran secreto los “Lebensborn”: fuentes de vida o granjas de cría, organizaciones destinadas a proporcionar una raza aria pura al nazismo que obedecían a un proyecto eugenésico.

La palabra “ario” proviene de la lingüística debido a la existencia de lenguas arias de raíz indoeuropea y lenguas semitas (hebreo, árabe, arameo), pero no existe una estructura aria o semita aplicada a la biología y menos a la genética, y mucho menos aún a la supuesta raza aria.
Categories: Derechos humanos
Tags: Graciela Aletta de Sylvas, Janus Korczak, nazismo, niños