A partir de ésta y de otras historias en las que bebés varones han sufrido la mutilación de sus genitales y se decide por lo tanto convertirlos en niñas: varón o mujer. ¿Se nace o se hace? ¿Es ético hacer este tipo de cambios en bebés mutilados? Su relación con los niños rojos que el franquismo quiso modificar y con los bebés apropiados durante la última dictadura militar. La cuestión de la identidad.

De la sentencia: En el terreno jurídico la problemática del consentimiento entre el médico y el paciente no ofrece dificultad alguna en las actitudes cotidianas del acercamiento del enfermo hacia quien hará la curación. Hay en estos eventos un consentimiento rápido e implícito que permite la actuación del médico. El problema del consentimiento adquiere relevancia jurídica cuando, como en el asunto que motiva esta sentencia, está en juego algo demasiado importante como es el sexo de una persona. Por lo tanto, habrá que afirmar que en este caso el consentimiento debe prevenir personalmente del propio paciente, con capacidad plena y aún con el lleno de algún formalismo como sería el consentimiento por escrito.

“El cuerpo no es una realidad material fáctica o idéntica a sí misma; es una materialidad cargada de significado (…) Y la manera de sostener ese significado es fundamentalmente dramática”. Con esto se refiere Butler a una continua e incesante materialización de posibilidades. “Uno se hace su propio cuerpo” dice la autora y coincide con lo que venimos planteando en relación a la identidad. Las palabras crean realidad y nuestros comportamientos y acciones construyen la realidad de nuestros cuerpos.

El niño queda en un albergue de monjas y los padres hacen correr la voz de que el niño a muerto. Las monjas, por indicación de los médicos, lo educaron como una niña. En el ’87 le cambian el nombre en el registro civil. Y tambien le realizan una segunda operacion para «reasignacion de genero».

Publicaremos el enlace para quien le interese leer todo el caso y sus repercusiones jurídicas, asi como las interesantísimas conceptualizaciones que hay sobre el «consentimiento informado». Cito al propio niño que, finalmente, decide ser varon, como habia nacido: «¡Por que no esperaron a que yo estuviera grande para saber lo que me iban a hacer y hasta poder escoger, pero como uno estaba chiquito, hacían lo que querían con uno.»

En el Hospital Universitario San Vicente de Paul de Medellín se le practicó una «meatotomia», previo «dibujo de una firma» por la que los madres (una totalmente analfabeto y otro semianalfabeto) autorizan «cualquier tipo de tratamiento, incluído el cambio de sexo»

Durante mucho tiempo en el movimiento feminista se discutió si se debía hablar de sexo o de género y vimos los aportes en este sentido hechos por el propio Money. Hoy, siguiendo a Judith Butler sabemos que los conceptos de género y los de sexo son constructos sociales; son variables. Lo cierto es que se nace con tales o cuales genitales; lo que suceda luego con la identidad sexual de ese niño o niña pertenece a otra historia que se irá perfilando conforme crece y en los avatares de las identificaciones que se van produciendo en cada cual, pero no por decisión y voluntad de un semejante, sea madre, padre, médico, cura o gobernante.

Hablamos del poder normalizador puesto en juego con los llamados «niños rojos» del franquismo; con los nietos apropiados por la genocida ultima dictadura militar. Y la querida Maria del Carmen Marini aporto una conmovedora lectura del «retorno de lo reprimido» en los africanos que mueren de a cientos y miles intentando llegar a sus metrópolis europeas que los expoliaron y hambrearon y a donde, como dice Sartre, les llevaron los Derechos Humanos a sangre y fuego.
Leer el texto completo: Reasignación de sexo del niño colombiano.
Descargar el trabajo completo de Laura Capella: Las piedras clamarán.
- Las piedras clamarán. Acerca de un experimento de cambio de sexo 2.
- Los límites éticos de la investigación con seres humanos.
Categories: Épocas, Material Descargable
Tags: bio-poder, identidad de género, Laura Capella, medicalización, sexualidad, Subjetividad